Aquel
bote de salsa o esa caja de chocolates que compras cada semana tiene un
‘historia’ que contar antes de que esté en la percha del supermercado;
conceptualmente el ciclo de vida de los productos que adquirimos pretende que
visualicemos de forma general el impacto que estos pueden generar sobre el
ambiente a través de las diferentes fases que pasan, es decir, desde la
extracción de la materia prima hasta su desecho.
La
evaluación de los impactos ambientes de forma global pueden realizarse aplicando
este concepto, de hecho el análisis del ciclo de vida de los productos es
utilizado como una herramienta de gestión ambiental para la toma de decisiones
coherentes en empresas e industrias tanto así que su reconocimiento
internacional la ha desglosado en un conjunto de normas, por ejemplo las ISO.
La
vida de un producto se distribuye en los siguientes puntos:
Extracción y procesado de materias
primas: Ya sea de origen animal,
vegetal o mineral los principales impactos de esta fase está estrechamente ligados
con el consumo de energía, erosión del suelo, emisión de gases tóxicos,
polución hídrica; después incluyen procesos físicos y químicos de los
materiales como lavados, refinación, filtración, fundición, etc.
Fabricación de los
productos: En este punto
los impactos ambientales están en el gasto energético necesario para
elaborarlos y los residuos generados donde muchos de estos pueden usarse para
otras actividades, para ello se necesitan recursos económicos extra.
Embalaje y distribución: Para que
esos productos lleguen hasta el supermercado necesitan ser empaquetados y/o
embalados, pero antes de esto siempre se salta un punto que aparentemente no es
importante, al contrario, es tan importante porque de éste depende que lo
compren o no, se trata del diseño del producto que dentro del mismo hay una
parte esencial que es el envase que tendrá, algunas industrias ‘eco-amigables’
no solo la consideran importante para vender sino porque un diseño coherente y
el uso de materiales adecuados pueden reducir el peso y volumen de los envases
facilitando el transporte que en muchos casos es largo.
Uso y mantenimiento: No se sabe cuánto tiempo van a estar los
productos en perchas así que es necesario conservarlos en buen estado, el uso
de energía y recursos asociados es netamente importante. Por ejemplo los
lácteos necesitan refrigeración y eso es igual a energía eléctrica.
Fin de vida: Dependiendo del origen de los componentes de los residuos pueden
volver a tener un nuevo uso (reutilizar o reciclar). La eliminación debe ser la
última prioridad de esta fase cuando no exista otra posibilidad.
¿Por
qué crees que en propagandas siempre dicen que consumas lo local? Sencillamente
es porque son productos que no han sido transportados a largas distancias, han
necesitado menos gastos energéticos y muchas cosas más que reducen los impactos
ambientales. A veces cuestionamos la calidad de los productos locales pero no
todo lo que viene de afuera es bueno, esto es cuestión de examinar
cuidadosamente todo lo que vayamos a poner en el carrito para realizar las
compras responsablemente.
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